El 25 de febrero de 2022, un día después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, el dramaturgo Anatoli Levchenko debía estrenar su última obra en un teatro de la ciudad de Mariúpol, en el sudeste del país. En los días siguientes, esta ciudad a orillas del mar de Azov se enfrentó a un ataque brutal de las fuerzas rusas que la convirtió en ruinas y en cementerio de miles, sino decenas de miles, de personas. El teatro de Mariúpol se hizo tristemente célebre en marzo de 2022 cuando fue bombardeado por Rusia a pesar de la palabra «niños» pintada en la explanada adyacente y la presencia de civiles en sus sótanos.
Las autoridades ucranianas evocaron cientos de víctimas, aunque el número de muertos no se pudo llegar a precisar. Anatoli, que dirigió esta institución hasta 2020, antes de fundar la compañía, Terra Incognita, no pudo presentar su obra, programada en otro escenario de la ciudad. Pasó diez meses encarcelado en una prisión bajo control de los rusos antes de ser liberado y finalmente huir de la ciudad ocupada con su esposa y su hijo. Más de dos años después del inicio de la guerra, el dramaturgo reactiva su compañía en Kiev con un estreno altamente simbólico de una comedia sombría, «Luz al final del túnel».
«Este espectáculo es, por así decirlo, para nuestra familia, nuestro pueblo», explica desde el escenario del centro Les Kurbas de Kiev ante un público compuesto mayoritariamente de refugiados de Mariúpol. Para esta pieza, el director de 54 años y barba grisácea reclutó a estudiantes de arte dramático de esa ciudad destruida por la guerra. «Ganamos un pequeño subsidio en un concurso público. Fue suficiente para pagar a los actores y alquiler una sala de ensayos en Kiev», dice Levchenko. En el abarrotado teatro, los organizadores juntaron al máximo los asientos para acoger a un mayor número de espectadores.
La obra presentada en Kiev, una comedia sombría de la autora ucraniana Neda Nejdana, cuenta la historia de dos mujeres encarceladas en el sótano de una morgue con una mezcla de humor negro y absurdo. Pero un concepto más serio envuelve toda la trama: la libertad. Las heroínas se preguntan por el motivo de su encarcelación: ¿Están en el purgatorio? ¿Se han vuelto locas? ¿Ha habido un ataque nuclear? ¿Se ha producido un golpe de izquierda o de derecha? Finalmente se dan cuenta de que son libres de marchar si toman la decisión de hacerlo.
Fuente: Diario El Mundo (España)