El nuevo primer ministro François Bayrou, llegó al palacio de Matignon para el traspaso del poder por parte de su predecesor, Michel Barnier, censurado por la Asamblea Nacional después de solo tres meses de asumir. Fue recibido por Barnier para un breve encuentro entre ambos, que precedió a sus tradicionales discursos de entrega. En su breve alocución, Barnier aseguró que sigue siendo «un ciudadano comprometido al servicio de los franceses y del lado de los franceses».
El nuevo primer ministro dijo ser consciente del difícil momento que enfrenta el país. «Nadie conoce mejor que yo la dificultad de la situación”, indicó Bayrou. También dijo que la prioridad del Gobierno deberá ser dar «oportunidades a quienes no las tienen”. La designación de Macron de elegir a Barnier representa la asunción de un cuarto primer ministro en un 2024 particularmente borrascoso para Macron, luego de los consecutivos fracasos de Elisabeth Borne, Gabriel Attal y Michel Barnier.
El nombramiento de Bayrou ha contado con el apoyo de su predecesor, Gabriel Attal, mientras que el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, afirmó que de momento no hay planes de censurar al centrista de 73 años, aunque dejó claro que habrá consultas al respecto con otros partidos políticos y que su partido mantiene la “línea roja” de recordar que el nuevo primer ministro no gobernará con mayoría parlamentaria.
Marine Le Pen, líder de los 124 diputados de Agrupación Nacional, se inscribió en la misma línea de Bardella, al exhortar a Bayrou a «escuchar a la oposición para construir un presupuesto razonable y bien pensado». Bayrou, candidato presidencial en tres ocasiones y figura clave en la elección de Macron en 2017, es la última apuesta del presidente para poder abordar el presupuesto de 2025, un trámite que se ha dilatado por las dificultades para formar gobierno, pero para ello debe antes ampliar una base de apoyo que de momento luce endeble.
En su primer pronunciamiento público tras la designación, Bayrou se declaró preparado para emprender el “largo camino” hacia la reconciliación, y citó al expresidente François Mitterrand tras su elección en 1981: “Por fin los problemas están comenzando”. En su caso, sin embargo, podría ser no un comienzo sino una continuación de los conflictos, porque la izquierda, que en las conversaciones con Macron en el Elíseo había condicionado su apoyo a la designación de un primer ministro de sus filas, ha reaccionado con un rechazo casi unánime a la decisión.
Solo Fabien Rousel, secretario general del Partido Comunista Francés, se declaró dispuesto a trabajar con Bayrou si se mantiene el compromiso de no acudir al 49.3, el artículo que permitiría a Macron tomar decisiones por decreto, un recurso que la oposición ha calificado como una “brutalidad antidemocrática”. La secretaria general de los Ecologistas, Marine Tondelier, calificó el nombramiento de Bayrou como un “espectáculo desesperado”. “Ya no es política, es un mal teatro de bulevar. Pobre Francia”, escribió en su cuenta en X.
Fuente: France 24 en Español (Francia)