El director del FBI, Chris Wray, renunciará a su cargo a principios del próximo año, ha informado este miércoles ese organismo, después de que el presidente electo republicano, Donald Trump, señalara su intención de sustituirlo por el incendiario Kash Patel.
El propio Trump había nombrado a Wray, también republicano, para su mandato de diez años en 2017, tras despedir a su predecesor James Comey, con quien el entonces presidente se enemistó por las investigaciones del FBI sobre los supuestos contactos entre su campaña de 2016 y Rusia.
«Tras semanas de cuidadosa reflexión, he decidido que lo correcto para el FBI es que preste mis servicios hasta el final de la actual Administración en enero y luego dimita», ha comunicado este miércoles Wray a los empleados del FBI, según informa esta agencia en un comunicado. El equipo de transición de Trump no respondido a una petición de reacciones sobre esta información.
Trump y sus aliados de línea dura se volvieron contra Wray, y contra el FBI en general, después de que los agentes llevaran a cabo un registro aprobado por un tribunal en el complejo turístico de Trump en Florida en 2022 para recuperar documentos clasificados que había conservado tras dejar el cargo.
Eso desencadenó uno de los dos procesos federales a los que se enfrentó Trump mientras estaba fuera del poder, ninguno de los cuales llegó a juicio. Trump negó haber cometido delito alguno y describió todos los casos contra él como motivados políticamente.
Los fiscales federales pusieron fin a sus esfuerzos después de su elección, citando la política de larga data del Departamento de Justicia de no procesar a un presidente en ejercicio. Los aliados republicanos de Trump se unieron a él en la alegación de que el FBI se había politizado, aunque no hay pruebas de que el presidente demócrata Joe Biden interfiriera en sus procesos de investigación.
«Hay graves problemas en el FBI. El público estadounidense lo sabe. Esperan ver un cambio radical», dijo el senador republicano Bill Hagerty a principios de diciembre tras la nominación de Patel por Trump. A lo largo de su mandato, Wray afirmó que cumplía la ley y se esforzaba por desempeñar con imparcialidad las funciones del FBI.
Durante una comparecencia en 2023 ante un panel de la Cámara de Representantes, rechazó la idea de que estuviera siguiendo una agenda partidista demócrata, señalando que había sido republicano toda su vida: «La idea de que soy parcial contra los conservadores me parece un poco loca, dados mis antecedentes personales», dijo Wray.
Los directores del FBI son nombrados por mandatos de diez años, una medida destinada a evitar la apariencia de partidismo tras la rotación política en la Casa Blanca cada cuatro años. El mandato de Wray no expiraba hasta 2027.
A medida que ha ido confeccionando su lista para el nuevo Gabinete, Trump ha reunido un equipo preparado para llevar a cabo dos de sus mayores prioridades: la venganza contra sus adversarios políticos y una remodelación a gran escala del Gobierno de EEUU.
Kash Patel, que tendría que ser confirmado por el Senado de EEUU, nunca ha trabajado en el FBI y sólo pasó tres años en el Departamento de Justicia al principio de su carrera en la Sección Antiterrorista de la División de Seguridad Nacional. Si es confirmado, ha prometido cerrar el edificio de la sede del FBI en Washington y redefinir drásticamente su papel en las funciones de Inteligencia.
A lo largo del primer mandato de Trump, este barajó repetidamente la idea de sustituir a Wray por no haber sido lo suficientemente contundente defendiéndole en la investigación de 2016, pero el ex fiscal general Bill Barr se resistió a tales esfuerzos, según relató el propio Barr en su libro ‘One Damn Thing After Another’.
Fuente: Diario El Mundo (España)